Hoy es Sábado 22 de Septiembre, viajo nuevamente a Australia, luego de haber pasado 4 semanas junto a mi familia, tiempo que originalmente era de 2 semanas se convirtió en una linda, provechosa y reponedora estadía de casi 1 mes.
Esta vez a diferencia de la vez anterior todos sabían que viajaba, ya no habrían sorpresas ni sustos tremendos para nadie, esta vez serían todos quienes irían a mi casa cuando llegara con las maletas llenas de regalos.
Llegué el Sábado 25 de Agosto pasado el medio día, tal como la vez anterior mi hermano Pablo y su polola Andrea me estarían esperando, pero el avión llegó más de 1 hora antes de lo planeado, así que a mi llegada no había nadie esperando, por lo que me entretuve mirando como los que estaban afuera esperaban con ansias a quienes llegaban, algunos con flores esperando a su amada, otros a sus familiares que quizás años no veían, otros llegando de vacaciones a nuestro país con cara de gringos perdidos, también estaban los taxistas haciendo sus negocios tratando de pescar al pez más gordo.
Estuve un poco más de una hora mirando la gente, era a ratos muy emocionante ver gente llorar con aquellos que esperaban con tanta alegría, a ratos se escuchaban llantos y gritos de alegría, pero sobre todo se veían sonrisas, esas sonrisas tan escasas cuando uno se marcha lejos de los seres queridos, esas sonrisas que son la muestra de que eres bienvenido nuevamente a estar junto a los tuyos.
Decidí salir del lugar a esperar a mi hermano en el exterior, estar ahí me hacía poner muy sentimental (más de lo que soy normalmente.) Unos minutos más tarde apareció mi hermano Pablo y Andrea, de ahí el papá de Andrea (el tío Rene) con el taxi, el que cargamos con las maletas y los bolsos y nos fuimos derechitos al terminal de buses para viajar a Talca después de comer algo, todos teníamos hambre.
Luego de un buen almuerzo, nos subimos al bus cerca de las 3 de la tarde rumbo a mi ciudad natal. A las 6 de la tarde estábamos llegando al terminal de Talca, donde me esperaban mi otro hermano, Juan, mi tío Álvaro y mi mamá Gloria. Me dio una emoción tremenda nuevamente, esta vez necesitaba más que nunca estar con ellos, recobrar esa confianza que había perdido, y volver a poner esa energía en mi manera de ser, la que hace mucho se había agotado.
Fuimos a la casa, me di una buena y refrescante ducha, para después ponernos a preparar lo que seria el asado familiar de bienvenida. Como a las 8 comenzaron a llegar los invitados, la abuela Laly, los tíos y tías, los primos y la prima con el pololo (mi mejor amigo), también llegó mi cuñada y mi querido sobrino Martín, para quien tenía un montón de regalos.
La fiesta estaba armada, había para comer y tomar, y había un motivo, el regreso del cano o el canito, como me dicen en la familia. Volvía a verlos a todos luego de 11 meses, 3 en NZ y 8 en Australia.
El asado lo preparo el tío Álvaro, por fin un asado como Dios manda, buena carne, ese costillar que tanto anhelaba, esa carne chilena que tanto quería probar. Al final de la comida comenzó la entrega de regalos, había regalos para todos y cada uno. Mi sobrino Martín fue quien más recibió regalos, el motivo es muy simple, quiero darle a el todo lo que yo no tuve, lo siento como un hijo para mí. Les traje de todo, todos quedaron muy contentos con los regalos, sobre todo mi sobrino. Por su puesto hubieron regalos especiales para mi mamá Gloria, siento que nada de lo que pueda regalarle es suficiente.
Durante esas semanas aproveché de ir a ver a mis amigos a la universidad, también a ellos les llevé regalos. Fui a ver a mis ex compañeros de trabajo, a la secretaria de mi facultad que tan bien se portó conmigo mientras estudié, a mi ex profesor de inglés, y a otras personas más. En la universidad conocí a dos chicas de intercambio, una inglesa y una escocesa, con las que pude practicar mi inglés un par de días, para mantenerme al menos por unas horas hablando inglés.
Fui a Santiago por 2 días a hacer algunas compras, conocí a unos chicos del Foro Chilenos en Nueva Zelandia, conversamos un buen rato sobre NZ y sobre lo que yo había hecho mientras estuve allá. Valeska y Marcelo, una pareja de pololos muy buena onda, quienes viajan a fin de año a NZ. En Talca, salí a bailar con unas amigas un par de veces, muy simpáticas todas, baile harto y lo pasé bien. Otra de las cosas que hice fue dar una charla en mi universidad (U. de Talca) sobre las visas para Australia (Work and Holiday) y Nueva Zelandia (Working Holiday), además de una charla sobre el programa de Intercambio para trabajos en bodegas de vinos en Australia.
Las fiestas patrias las pasamos en la playa, estuvimos ahí por 4 días, nos tocó de todo, un sol maravilloso cuando llegamos, frío en las noches y lluvia el día que volvimos a Talca. Fueron de verdad unos días muy lindos, pude compartir con toda mi familia, comimos asados, pescados, mariscos, empanadas, pan amasado, de todo lo que quería comer. Tuve tiempo para descansar, para reflexionar, pensar un poco en el futuro, en los sueños sin cumplir y en los que se habían hecho realidad, pude así olvidar los malos momentos vividos en los últimos meses en Australia, por fin sentía que volvía a ser el mismo de antes, alegre, sonriendo, bromeando, conversando. Estaba con mi gente, en mi país, hablando mi idioma, ya no tenia esos tremendos dolores de cabeza, volví a comer de manera correcta, subí de peso (8 kilos, no lo podía creer), me sentía tan bien, feliz, dichoso.
También sabía que todo eso iba a terminar en unos días más, pero estaba muy tranquilo, esta vez aproveché de estar casi todo el tiempo con mi familia, estando en casa lo que más pude.
El video a continuación es una recopilación de las fiestas patrias del 2005 y 2006. Para que vean como se pasa en mi familia.
